Día histórico para el tenis español en Melbourne. Rafa Nadal ha logrado un hito sin precedentes, consiguiendo su 21º Grand Slam en la superficie que, teóricamente, más le cuesta: la pista dura.
Lo memorable no es tan sólo la consecución del Open de Australia y de convertirse en el tenista masculino con más Grand Slams de la historia. Rafa Nadal llegaba a la gira australiana con serias dudas acerca de su participación en el primer grande del año. De hecho, después del torneo de exhibición en Abu Dabi dejó en el aire su vuelta al circuito ATP en enero. Las dudas no sólo han quedado resueltas viendo su nivel sobre la pista, sino que ademas han traído consigo dos títulos en lo poco que llevamos de 2022: el ATP 250 de Melbourne y el Open de Australia. El manacorí ha superado de forma titánica en la final al gran favorito, Daniil Medvedev, remontando un 0-2 en contra.
El nivel del tenista español en el torneo ha ido incrementando con el paso de los partidos. Durante las primeras rondas, a pesar de no ceder ningún set hasta 1/16 de final, se le veía todavía algo lejos de su mejor rendimiento. No obstante, a medida que el nivel de los rivales subía, él lo incrementaba todavía más. Invencible. Un muro.
En cuartos de final, Nadal eliminó a Shapovalov, que llegaba a la eliminatoria como uno de los tenistas más en forma del circuito. En semifinales, a Berrettini, verdugo de Alcaraz y Carreño en rondas previas. Y finalmente, en una batalla que ya ha quedado grabada para la historia, a Medvedev.
Ahora, tras esta épica victoria, Rafa descansará de torneos oficiales hasta finales de febrero, inscrito en el ATP 500 de Atapulco. Este campeonato servirá de preparación para el cargado mes de marzo que se presenta, en el que se celebrarán dos Masters 1000 en Estados Unidos: Indian Wells y Miami. Esta será una nueva oportunidad para Rafa para seguir aumentando su palmarés e intentar acercarse, de nuevo, al nº1 del ranking mundial.