Tan sólo tres jornadas de competición bastaron para que el equipo nacional de lucha terminara su participación en el Campeonato del Mundo. Programado en Oslo desde el pasado sábado hasta el próximo domingo, la edición de esta temporada, en cuanto a nuestros intereses, no ha sido muy diferente a las anteriores.
España acudió a la capital noruega únicamente con dos luchadores, los dos en la categoría de lucha libre masculina. El primero de ellos, en los -86kg, fue Taimuraz Friev, bronce mundial en el Campeonato del Mundo de 2018 y último representante español de lucha en unos Juegos Olímpicos (Rio 2016). El luchador español nacido en la localidad rusa de Vladikavkaz ganó su primer combate por 10-5 ante el turco Osman Göçen. En la siguiente ronda, también consiguió hacerse con la victoria holgadamente por un 12-2 ante el representante de México, Noel Torres, plantándose en todos unos cuartos de final del mundial. Dichos cuartos fueron el tope de Friev, que no puedo repetir la medalla lograda tres años atrás tras perder ante el triple campeón de Europa, el ruso Naifonov, que posteriormente cayó en su semifinal para más tarde alzarse con la medalla de bronce. Levan Metreveli fue el segundo y último competidor español (-57 kg), el cual debutó con derrota al perder en el primer combate ante el luchador indio Pankaj Malikpor un ajustadísimo 4-3.
Tras un ciclo complicado que concluyó con la nula representación nacional en Tokio, el punto positivo de este Mundial lo pone el propio Friev, quien parece mantenerse en forma y seguir demostrando su liderazgo en la selección a sus 35 años. Obviamente, la nota negativa, es que no parece que a corto plazo exista un relevo generacional, ni en categoría masculina, ni en femenina. Buena piedra de toque será el Campeonato del Mundo Sub23, fijado del 1 al 7 de noviembre. Siguiendo la línea del evento senior, al Sub23 la selección española también viajará con tan sólo dos representantes: Marcos Sánchez-Silva (Grecorromana, -72kg) y Vicky Báez (Lucha Libre, -59kg).