El programa, que tiene buen bagaje, está sin rumbo y su futuro parece más incierto que nunca

El Plan ADO, realizado por la institución española Asociación Deportes Olímpicos (ADO), cuelga de un fino hilo. El proyecto fue creado para apoyar el desarrollo y promoción de los deportistas nacionales de alto rendimiento a nivel olímpico.

José Antonio Fernández, hasta ahora Director General del proyecto, ha sido relevado tras un año y cuatro meses al frente de un proyecto que fue fundado por Javier Gómez-Navarro de cara a los Juegos de Barcelona 1992. El propio Gómez-Navarro avisó sobre el estado del proyecto en 2018: “El Plan ADO está tocado y debe actualizarse”.

La noticia, que ha sido destapada por el portal digital 2Playbook, no coge a nadie por sorpresa. El Plan ADO se encontraba en plena modernización y la marcha de Fernández indica que las cosas no estaban yendo bien. El CSD, que había destinado para Tokio el 62% del presupuesto del Plan ante las pérdidas de patrocinios, también se ve muy tocado.

Un mandato condicionado por la pandemia

Todo sea dicho, y es que el breve tiempo que ha estado Fernández al frente del Plan se ha visto claramente condicionado por el COVID-19. La prorrogación de los Juegos Olímpicos y la inestabilidad económica que sufre el deporte español no ha ayudado nada a su consolidación. “Ha hecho un trabajo magnífico en el peor momento, con menos patrocinadores que nunca y en un año de prórroga forzosa por efecto de la pandemia”, señalan desde el proyecto.

También puede decir que se ganó el apoyo de los deportistas, aunque de no ser así no es de esperar que se dijese lo contrario. “Todos los deportistas hablan bien de él por su cercanía y profesionalidad”, señalan.

¿Y ahora qué?

El Plan ADO ha aportado hasta el día de hoy 382 millones de euros para la financiación y respaldo de los deportistas. El presupuesto de este proyecto ha ido cayendo de forma considerable con el paso de los años hasta los 38,2 millones de euros recaudados para el ciclo olímpico de los Juegos de Tokio. La aportación mínima se registró en las olimpiadas de Río de 2016, cuando la cifra bajó hasta 35,4 millones de euros.

El principal problema que se le presenta ahora al proyecto es que los principales fondos de inversión y patrocinadores han recortado considerablemente su aportación. RTVE, que en Pekín destinó 28,8 millones de euros, ha disminuido la cifra hasta registrar tan solo 3,5 millones en Tokio. Una gran caída del 87% de unos ingresos presupuestados y que se han visto condicionados por la pérdida de los derechos televisivos, que ahora sublicencia Discovery.

Fernández, que tras su llegada anunció que la cadena pública seguiría participando en la financiación, no ha podido evitar cómo esta se ha ido mermando cada vez más. La pérdida de la publicidad en sus emisiones ha significado un duro golpe para la propia RTVE. Un vació que fue rellenado por el CSD con una notoria aportación en las pasadas olimpiadas (el 38% del presupuesto del proyecto).

También ha habido un incremento de grandes empresas: CaixaBank, Leche Pascual o Viajes Barceló se han alejado del Plan o han reducido su interés. Un interés, al fin y al cabo, que siempre está ligado a posibles beneficios fiscales o mayor visibilidad.

Futuro muy incierto, a poco más de dos años de los Juegos de París 2024, para un gran proyecto en su día pero que Fernández no ha podido reconducir. El objetivo ahora es lograr un incremento de la financiación privada y recuperar el interés de las grandes compañías. El sustituto del murciano todavía está por ver; una decisión que corresponde al COE y al CSD.

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