Tras una entrevista concedida en el día de ayer con Piers Morgan, el ya ex presidente de la Real Federación Española de Fútbol anunció su renuncia al cargo. Un mandato polémico que ha culminado con un beso que provocó un revuelo mundial. Ahora, la RFEF se enfrenta a un nuevo dilema: encontrar nuevo presidente.
La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) continúa trabajando pese a la dimisión de Luis Rubiales. La Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA), a la espera de un acuerdo para su salida, le había inhabilitado de su cargo el pasado 26 de agosto para los 90 días posteriores. Ahora, después de su -esperada- renuncia en el día de ayer, la plaza ha quedado vacante y la RFEF debe elegir un nuevo presidente.
Una ardua tarea que no se resolverá tan pronto como el relevo de Jorge Vilda al frente de la selección femenina. La Junta Directiva de la Federación pasará a ser Comisión Gestora y ha de convocar un nuevo proceso electoral en las próximas semanas y otro en 2024. Le toca mover ficha a Pedro Rocha, presidente en funciones cuya misión es elegir qué vía seguir a partir de ahora. Hace seis días, la Federación emitía un comunicado en el cual lamentaba “la conducta inapropiada del Sr. Luis Rubiales”. Un documento firmado por Rocha como presidente de la RFEF.
Llegados a este punto, no resultaría sorprendente que Pedro Rocha quisiera seguir adelante ostentando el cargo. En las últimas semanas han sonado nombres para sustituir a Rubiales como el de Mariano Rajoy o Mateu Alemany. Mucho revuelo y especulación pero la enmienda es importante. Según informó la propia Federación, seguirán sus estatutos para iniciar el proceso a través del cual la Asamblea federativa elegirá a su nuevo mandatario: “Con la dimisión de Luis Rubiales, se inicia el procedimiento descrito en el artículo 31.8 de los estatutos federativos vigentes”.
Un artículo 31.8 que reza lo siguiente: “Si el Presidente cesara por causa distinta a la conclusión de su mandato, la Junta Directiva se constituirá en Comisión Gestora y convocará elecciones para proveer al cargo; el que resulte elegido ocupará el cargo por tiempo igual al que restase por cumplir al sustituido, siendo además de aplicación, en lo que a éste respecta, la norma que prevé el artículo 23.2, del presente ordenamiento”.
Es decir, no se elegirían a cada uno de los 140 asambleístas, sino que la Asamblea que eligió a Rubiales hace tres años sería la encargada de designar al nuevo presidente. El nuevo presidente podría estar en el cargo hasta después de los JJOO de París 2024. Las elecciones no llegarán hasta finales de año y las plazas estarán abiertas para candidatos que no estén actualmente en la RFEF. Sin embargo, el proceso arrancará en las próximas semanas para elegir los cargos de asambleístas, que serán los responsables de nombrar al nuevo presidente.
Un tedioso proceso que no tiene rápida solución y que también requiere de la acción de Gobierno. Lo ideal sería contar con el nuevo presidente a principios de 2024, ya que para entonces se plantea presentar de forma oficial la candidatura al Mundial 2030. Los estatutos de la RFEF serán los que marquen los tiempos; hasta entonces, todas las vías están abiertas.
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