La última cumbre olímpica dejó una sorprendente propuesta en la que el COI ya trabaja mano a mano junto al OAC (Comité Olímpico Asiático). Una de las vías que podrían abrir la participación de rusos y bielorrusos en París 2024 pasa porque compitan, previamente, en preolímpicos y clasificatorios de Asia.

Susanne Lyons, máxima responsable del Comité Olímpico Estadounidense, secundó esta innovadora medida afirmando que sin los dos países, “el deporte internacional se ha vuelto más pobre y menos competitivo”.

“Rusia es un socio fiable en el mundo del deporte. Hemos recibido esta noticia de manera positiva, aunque siempre bajo la neutralidad estricta: sin colores ni referencias a ambos países”

Susanne Lyons, presidenta del Comité Olímpico de Estados Unidos

Por su parte, la reacción desde Ucrania fue totalmente opuesta: “Desde el primer día de la guerra hacemos todo lo que está en nuestra mano para que no haya ni rusos ni bielorrusos en competiciones internacionales”, afirmaba Vadym Guttsait, presidente del Comité Olímpico Ucraniano.

El apoyo unilateral de Estados Unidos ha servido para que, en las últimas horas, varios dirigentes rusos se sumen al deseo público de un 2023 con presencia rusa y bielorrusa en el deporte olímpico. Oleg Matitsin, ministro de Deportes de Rusia, ha confirmado el continuo diálogo en el que se encuentran con diferentes Federaciones Internacionales: “Espero que en 2023 recibamos buenas noticias para que nuestros deportistas puedan regresar al deporte de élite internacional“.

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