La gimnasta María Añó ha denunciado, a través de ABC y Televisión Española, el trato abusivo que recibió durante su etapa formativa por parte de su ex-entrenadora, Blanca López Belda.
La castellonense relata que los episodios de maltrato eran constantes desde que se inició en el deporte, aumentando la gravedad de los hechos a medida que crecía la exigencia competitiva. “Me dejaban sin beber si creían que entrenaba mal. Me llamaban gorda y celulítica”, afirma Añó en una entrevista a ABC, quien tan solo tenía 11 años de edad cuando tuvo que hacer frente a estas situaciones. Unos episodios trágicos, pero que ella banalizó al ser frecuentes. “Salía llorando del entrenamiento, llegaba a mi casa y seguía llorando en mi habitación”.
La situación siguió empeorando durante los años. “Recuerdo un campeonato en el que quedé segunda. La entrenadora me cogió del maillot y me empezó a gritar y a amenazar“. Hasta que María, gracias a un psicólogo, se dio cuenta que esos comportamientos no eran correctos. “Después de una sesión en la que mi entrenadora me dijo que estoy loca, yo acabo yendo a un psicólogo. Es ahí donde me doy cuenta de que las cosas que me dicen y me hacen no son normales”.
Tras unos años de silencio, decidió denunciar esta situación. Fue en 2021, coincidiendo con la creación por parte de la Federación Española de Gimnasia del comité ‘Tres Veces No’, con el fin de prevenir el acoso. “Si no lo hago antes es porque me sentía amenazada. Pensaba que me iban a pasar cosas graves, porque esa persona ya me lo había dicho”.
A raíz de esta denuncia, el Tribunal Administrativo del Deporte inhabilitó a Blanca López Belda por un período de 2 años, amparados por el artículo 34 del Reglamento de Disciplina de la Federación Española de Gimnasia (RFEG). Sin embargo, Añó reconoce que tanto la Federación Española como la valenciana no estuvieron a la altura cuando ella lo necesitaba.
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